Lo más eficaz es combinar anticipación, protección sensorial y un “plan de refugio” en casa para que la experiencia sea previsible y controlable para el niño o la niña con TEA.
Conviene prepararlo varios días antes, reducir al máximo la exposición al ruido y tener recursos listos por si aparece una crisis de miedo o sobrecarga sensorial.
Entender qué les pasa
Los petardos son ruidos muy intensos, breves e impredecibles; en muchos niños con TEA el sistema sensorial se vive como una invasión incontrolable, no como “fiesta”.Esto aumenta la ansiedad y puede desencadenar crisis con llanto, huida, bloqueo, conductas agresivas o autoagresivas.
Suelen tener hipersensibilidad auditiva, por lo que perciben antes y con más intensidad ruidos que otros apenas registran. Además, la falta de anticipación (no saber cuándo sonará el siguiente petardo) empeora la vivencia de miedo.
Preparación días antes
- Anticipar con apoyos visuales: usar pictogramas, historias sociales o dibujos para explicar que en Nochevieja habrá ruidos fuertes fuera, que son petardos y que en casa habrá un plan de protección (casco, refugio, adulto que acompaña).
- Desensibilización gradual: escuchar grabaciones de petardos a volumen muy bajo y subirlo poco a poco en un entorno seguro, o ver vídeos cortos de fuegos artificiales mientras el niño está haciendo una actividad que le guste.
- Ensayar el “protocolo”: practicar ponerse los cascos, ir al rincón seguro, hacer respiraciones o apretar una pelota antiestrés cuando se oye un ruido grabado.
Protección sensorial y refugio
- Protección auditiva: usar cascos con cancelación de ruido o tapones adecuados para niños; combinarlos con música relajante o sus dibujos preferidos ayuda a desviar la atención del estruendo.
- Reducir la exposición: cerrar ventanas y persianas, quedarse en la parte más interior de la casa y evitar salir en las horas de mayor uso de petardos.
- Crear un rincón seguro: un espacio con luces suaves, mantas, cojines, juguetes sensoriales, tablet o cuentos, donde pueda refugiarse si se siente abrumado.
Durante la Nochevieja
- Acompañamiento constante: un adulto de referencia a su lado para sostener, traducir lo que ocurre y validar el miedo (─ “sé que suena fuerte y molesta; aquí estás seguro”).
- Actividades competidoras: juegos de mesa, plastilina, dibujos o una película muy conocida para mantener la atención en algo previsible mientras se oyen ruidos fuera.
- Manejo de crisis: si entra en sobrecarga, bajar estímulos (menos luz, menos conversación), acompañar al refugio, ofrecer presión profunda (abrazos firmes si los tolera, prenda ajustada) y objetos de regulación como pelotas antiestrés.
Coordinarse con entorno y ajustar expectativas
Cuando sea posible, hablar con vecinos o comunidad para pedir que eviten petardos cerca de la vivienda o reduzcan el ruido en ciertos horarios, explicando brevemente la situación del niño con TEA.▀ Breve lectura con video recomendada: Autismo, Celebraciones y Estrés (Centro Florecer, ©2024)



