Es bastante frecuente que cuando el niño/a comienza a hablar tenga dificultades para pronunciar correctamente algunos sonidos, en especial la “R” o la “S”, lo que se denomina dislalia selectiva. Suele ser una dificultad temporal que se soluciona con la evolución de la maduración.
Cuando ocurre esto, se pueden usar unas técnicas de refuerzo que, con paciencia y sin forzar al niño/a, se conseguirá una mejora en la pronunciación de estos fonemas.
Considerando que cada niña/o tiene su propio ritmo de maduración y aprendizaje para desarrollar el lenguaje y aprender a hablar, se puede establecer una hora al día como rutina para practicar.
¡Debe ser un juego, no una obligación!
- Ejercicios de respiración. Diariamente jugar con el niño/a a hacer respiraciones largas y profundas, que le ayudará a concentrar su atención en su respiración, cómo entra, por dónde pasa y sale el aire, la posición de su lengua y sus músculos faciales; de manera tal que logrará conocer cómo funciona todo el proceso de respirar.
- Ejercicio con la lengua. Diariamente juegue con el niño/a a hacer ejercicios para entrenar la lengua. Mover la lengua hacia arriba, abajo, izquierda y derecha. Mover la lengua hacia atrás y hacia adelante. Tocar los dientes y las muelas. Tocar con la lengua todas las partes de la boca. Así la lengua va cogiendo fuerza.
- Practicar los sonidos. Jugar a buscar palabras, frases o canciones que contengan el sonido que necesita reforzar y que lo pronuncie. Es importante que nosotros lo pronunciemos bien para que pueda imitarnos. Se le puede indicar cómo debe poner la lengua. No recriminarle si no lo pronuncia correctamente.
Si el niño/a ha cumplido los 5 años y sigue pronunciando mal los sonidos de la “R” y la “S” se recomienda que acuda a un profesional logopeda.